Cada día vengo a este lugar con la esperanza de encontrarte de nuevo, vigilo cada centímetro de este tenebroso paisaje... Antes cuando venía contigo tenía un color menos sombrío, no era tan triste, o almenos no me lo parecía, seguramente era porque tú estabas a mi lado y ahora ya no... Como mucho lo que sigue aquí son tus recuerdos y tu espíritu, pues ya son 27 meses que vivo sin tenerte cerca porque un brutal accidente acabo con tu vida, con tu inocencia, con aquella sonrisa perfecta, la misma sonrisa que ahora vaga por mis recuerdos... Pero de todo esto lo que más me duele es que mi conciencia sigue estando inquieta como cuando me entere de que te habías ido para no volver, no se resigna a asimilar tu partida y sigue haciéndose ilusiones trayéndome hasta aquí con la maldita ironía de volverte a ver aunque sea por una última vez y poderte decir todo lo que no te dije cuando estabas con vida... Tan solo recuerda una cosa y es que estés donde estés siempre te llevaré conmigo porque te quería y te sigo queriendo como el gran amigo que eras y sigues siendo aunque ya no estés a mi lado en carne y hueso... Te extraño más de lo que muchos se imaginan...
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